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Un año de pandemia desde la mirada: de una preceptora.

Durante el 2020 atravesamos demasiadas emociones, casi que ni siquiera podemos recordarlas todas, y es que, de la noche a la mañana, nuestras vidas dieron un vuelco de 180°. Uno de los sectores más afectados fueron las instituciones educativas, que en todo el mundo cambiaron su modalidad de clases a la completa virtualidad, esto sin duda dejó una huella en todas las personas que la componemos. Para este artículo, entrevistamos a la preceptora Ana María Rojas, quién lleva más de 25 años en nuestra institución. Nos concedió unos minutos para relatarnos todos sus sentimientos y vivencias, pero sin olvidar las enseñanzas. E= ¿Cómo se sintieron las primeras semanas de pandemia? P. A= Fue algo imprevisto. Todo estaba muy oscuro, en lo personal traté de organizar todo en mi vida, más allá de lo profesional, es mi manera de ser, y creo que me ayudó. Algo que me mantuvo muy centrada fue decirme a mí misma: “Respira profundo, y hay que salir adelante”. Tal vez algo que fue muy desafiante fue el uso total de la tecnología para llevar a cabo mi trabajo, pero pensar en que a los obstáculos hay que hacerle frente y sobrellevarlos de la mejor manera, fue una buena motivación. Por otra parte, la comunicación con mis alumnosfue una prioridad dado que era consciente de que soy el nexo entre la escuela y ellos. E= ¿Cuáles fueron sus miedos y cómo los venció a lo largo del tiempo? P.A = El mayor miedo fue no entregarme al pánico de la situación. No quería transmitir eso a mis alumnos, sino que mi mensaje siempre fue tener confianza y resiliencia. Sumado a que cada día era un cambio nuevo, el trabajar con todo ese dinamismo en algún punto fue difícil. Algo que siempre tuve en claro es que no hay que entregarse, porque todos somos un equipo escolar, todos juntos afrontandola misma problemática, y no queremos que nadie se quede en el camino. E= ¿Cómo fue no ver a los alumnos todos los días? P.A = Era como si me faltara algo, he hecho lo mismo por 30 años, sentía que me faltaba la otra mitad de mi trabajo, todos aquellos momentos con los alumnos. Estoy segura que será algo que marcará toda mi vida, pero siempre intenté hacerles sentir lo menos posible esa distancia. Hoy en día aún no puedo volver a la escuela, pero siempre me han hecho sentir como si estuviera al lado de ellos y eso es lo más lindo que me dejará todo esto. E= ¿Qué aprendió y sigue aprendiendo en este contexto? P. A= Aprendí a conocer la otra parte del contacto, lo que uno hace con el alma, con el corazón. Por ejemplo, aunque uno no esté al lado de los alumnos, si uno hace su tarea con compromiso y responsabilidad la distancia no existe, deja de ser un obstáculo,pero para esto es necesario estar entregado 100% a lo que hacemos.Si bien no podemos compartir un recreo o un abrazo, descubrí cómo encontrar una alternativa a eso, principalmente con quienes están a cargo mío. E= A un año de escucharla palabra COVID-19 por primera vez ¿Qué siente hoy día en su profesión? P. A= Estoy segura que nunca me voy a olvidar de mis cursos del 2020, porque la manera en cómo los recibía era totalmente distinta, antes con uniforme en la escuela, ahora desde casa y a veces hasta en pijama (ríe). Y como comenté antes que debido a afecciones personales no he podido volver a la institución, mis cursos de este año me han dado otro desafío, porque hasta el día de hoy no los conozco en persona, pero si estoy segura de que cuando los vea, los relacionaré con lo que he conocido de ustedes a través de pantallas y chats. Aunque la situación actual es relativamente mejor, tener presente lo positivo, lo que podemos aprender de cada experiencia de vida, nos hace personas más fuertes, y esa fue y es mi meta con los alumnos que acompañé y acompaño durante el último tiempo.


Agradecemos a la preceptora Ana María por darnos su valioso tiempo, y esperamos que con esta entrevista podamos mostrar un punto de vista distinto de lo que se vive en el contexto de pandemia.


Thomas Alcaraz 5°1°

Candela Vega 5°4°

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